domingo, 22 de mayo de 2011

Mi hermano


MI HERMANO
Mi hermano siempre será mi amigo sin importar el tiempo ni nuestra diferencia de edades. Mi hermano siempre fue alguien especial y siempre lo he querido, y aunque él lo sabe, tanto él como yo, necesitamos escucharlo de vez en cuando para tener nuestros corazones en paz. No es fácil ser un hermano cuando jamás has vivido con él (ellos), no es fácil ser un hermano cuando has estado acostumbrado a ser hijo único y tu hermano menor por 9 años fue criado alejado de ti y de una manera distinta. Pero es fácil querer a tu hermano sin importar de dónde vino o en donde está, y sobre todo, es muy fácil querer a mi hermano porque esté o no esté conmigo, aunque hoy por hoy sólo nos veamos una vez al año, aunque la comunicación no sea tan fluída ni constante, él es una parte importante de mi y amar a una parte de mi mismo no puede ser que algo tan fácil como respirar.
No sé si me hubiera gustado tener un hermano mayor, tal vez hubiera sido entretenido. No sé si quise tener un hermano, creo que nunca me detuve a pensarlo. Pero desde que Claudio llegó a mi vida me siento un ser más completo y feliz. No sé si él quiso tener un hermano mayor pero lo tiene. Y me tiene queriendolo o no, tal cual como soy y para mi más grande satisfacción (felizmente), él me quiere también.
Recuerdo cuando él era pequeño y aún vivíamos en la misma ciudad. Recuerdo cuando a veces mi mamá lo traía a mi casa en Miraflores y me quedaba jugando con él. Eran buenos tiempos, tan buenos que los extraño. Tal vez la mejor época de mi vida, momentos felices que no volverán, suculentos días de ocio y risa sin motivo alguno, días en los que no necesitabas pensar en el futuro porque el presente era dichoso, tanto que no estaba permitido empañarlo con preocupaciones innecesarias. Momentosen los que (aunque no fueran muchos) supe ser un hermano mayor y demostrarle cariño, porque si mi mayor fracaso como hermano fue no haber pasado el suficiente tiempo con él (como ahora sé que me hubiera gustado pasarlo), mi mayor logro es haber logrado que Claudio me considere su hermano y me quiera como tal.
Recuerdo todas la veces que se quedó a dormir en mi casa y recuerdo todos esos desayunos, normalmente los domingos por la mañana. Recuerdo cuando aún jugaba pelota y me acompañaba a jugar, tal vez no un partido, pero al final, sólo hacíamos falta él y yo. Recuerdo cuando creció y recuerdo también cuando me fui a vivir lejos de él. Recuerdo la última vez que lo vi, en la entrada de mi casa en Perú, con los ojos rojos, tratando de ocultar su tristeza con su orgullo y no dejarse ver. Recuerdo que nos distanciamos dos semanas antes por una tontería y recuerdo al verlo, haberme arrepentido de no haber pasado más tiempo con él.
Ese día en el taxi que me llevó al aeropuerto lloré unos minutos en silencio por lo tonto que había sido. Me perdí muchos días en su compañía que no recuperaré y a los cuales tendré que olvidar algún día reemplazándolos por otros plagados de su compañía y ocurrencias la próxima vez que la vida me devuelva a Limay a su compañia. Pero no será pronto, y él lo sabe al igual que yo. Pero no por eso nos desesperaremos, porque en su corazón espero que sepa que lo quiero y le deseo todo lo mejor en esta vida como a muy pocos se los he deseado, y por mi lado comenzaré a perdonarme por los días que no pude verlo y me acercaré a él en la distancia de la nueva vida que estoy por comenzar.